Los pasos a seguir en la actualidad, con la cantidad de trabas burocráticas que te encuentras por el camino, está provocando que el despegue definitivo de la construcción de viviendas en este país se ralentice, incluso dependiendo del Ayuntamiento en el que nos toque, ya se eternice, siendo más largo el proceso de obtención de la licencia correspondiente que la ejecución de la propia obra. Teniendo en cuenta que los inversores no están por la labor de esperar hasta la saciedad para llevar a cabo esas inversiones, en gran parte del territorio español se aparque definitivamente.
Desde el punto de vista de promotores y constructores, esto supone un deterioro empresarial muy grande. La mayor parte de los empresarios les resulta imposible aguantar, ya no sólo el personal, sino el propio mantenimiento de costes fijos y legales de su empresa.
Personalmente, hablo con conocimiento de causa, hemos sufrido huidas de inversiones por la falta de agilidad en el trámite de permisos. Permisos que iban a generar empleo y por lo tanto Actividad Económica que se va y que ahonda todavía más en la herida. Es la pescadilla que se muerde la cola. El que no se agilice el paso a las actividades industriales conlleva la pérdida de puestos de trabajo directos e indirectos, esto implica que ni se venden ni se alquilan viviendas y al final el desastre por el que pasamos hace pocos años.
Por otra parte las entidades financieras no arriesgan ni el valor de un folio. Es decir para poder obtener una financiación para el inicio de una actividad necesitas el aval del importe a invertir multiplicado por quince y en unas condiciones abusivas. Esto resulta especialmente doloroso cuando fuimos todo el conjunto de los españoles quienes tuvimos que pagar un rescate bancario que de no hacerlo el país iría de cabeza a la banca rota.
Estamos hablando de empresas, pero incluso un promotor individual se encuentra con todas estas trabas que lo acaban cansando y en muchas ocasiones desistir de la idea inicial, con el consiguiente perjuicio.
Desconozco a que nivel, pero aquí creemos que se deben de involucrar todos los estamentos y administraciones para dar un buen empujón a esto. A nivel político, los responsables deben facilitar las cosas y dejar de ponerse zancadillas por diferentes colores de los partidos que se encuentran en el poder en cada administración, el que paga estos desmanes es el administrado. Muchísimas veces nos hemos encontrado con interpretaciones opuestas del mismo hecho. Si las leyes y planes se hacen por técnicos competentes y el político se limita a dar el visto bueno de lo presentado sería un punto muy a favor. No podemos estar cinco o seis, o siete años esperando por el desarrollo de un Plan General de Ordenación Urbana. Tiene que ser un acto mucho más ágil, el político debe ser político, velar por el interés público, para eso se le pone ahí por parte del pueblo, no puede dejar dormir papeles porque la administración siguiente o anterior es de otro color político.
Debe marcarse un criterio único a la hora de un informe de un expediente de licencia y no que la obtención del permiso dependa de la interpretación del técnico que lo informe.
Las entidades financieras deben de dar facilidades a las ideas del emprendedor o de la empresa ya asentada. Evidentemente ésta debe cumplir unos mínimos en función de su actividad y de su inversión.
Las administraciones están intentando ayudar con subvenciones por inicio de actividad, ampliación de negocio, generación de empleo, no las veo claras, a lo dado no se le tiene aprecio, es mi punto de vista y como tal muy particular. Vería mucho más lógico que se tratara de facilitar el acceso a prestamos con interese bajos, de esta manera creo que la propia actividad empresarial sería mucho más ágil en todos los aspectos.
Después estamos los propios interesados en que esto funcione. No veo un corporativismo claro y eficiente. Toda actividad requiere estudios previos, formación complementaria, asesoramiento, etc. y todo esto debería de tratar de llevarse a cabo desde entidades formadas por los propios empresarios. Crear una agrupación que funcione como tal. Es cierto que tenemos, concretamente a la CEL, Confederación de Empresarios de Lugo, pero bajo mi punto de vista estas agrupaciones o asociaciones deberían funcionar de un modo mucho más ágil y especializado en todos los sectores que integren el tejido industrial de la zona y a su vez que ejerza toda la fuerza posible a la hora de negociaciones con el resto de intervinientes en el proceso. Simplemente se expone una opinión, me gustaría que de aquí se abriera un debate que nos pueda llevar a buen camino.
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