Los servicios sociales sirven de soporte a las personas mayores en diferentes situaciones, ya sea prestándoles apoyo para la realización de actividades sociales o una atención socio sanitaria adecuada cuando el envejecimiento les lleva a situaciones de dependencia como consecuencia de enfermedades.
La jubilación, la reorganización de las familias, el fallecimiento de familiares o amigos y otras circunstancias de la vida conllevan cambios importantes en su entorno social habitual. Es por ello que una valoración geriátrica integral debe incluir la evaluación del entorno social de la persona de edad avanzada, con el fin de detectar, y en su caso recomendar, el tipo de servicios sociales a los que se puede recurrir para solicitar el apoyo que necesita.
Tipos de servicios sanitarios
Los servicios sociales pueden ser proporcionados por la administración pública, como es el caso de la teleasistencia, las ayudas a la dependencia o los viajes organizados a bajo precio, pero también por organizaciones no gubernamentales (voluntariado), comunidades religiosas, mutualidades o fundaciones y de modo privado a través de empresas especializadas en esto. El tipo de apoyo que se ofrece abarca un amplio espectro:
Personas sin grandes dependencias:
Disponen de centros de jubilados en los que desarrollar actividades culturales y de ocio. También se ofrecen programas de viajes y estancias en balnearios a precio reducido (IMSERSO) o tarifas especiales para jubilados, como sucede con el cine, para que puedan disfrutar de muchas actividades.
Personas en situación de soledad:
Hay programas de acompañamiento, con visitas programadas que realizan otros jubilados, de ayuda para realizar las tareas domésticas, para llevarles comida ya elaborada, sacarles a pasear, acompañarles al banco o a hacer la compra o proporcionarles algún tipo de cuidado específico que puedan necesitar. También hay programas en los que se ofrece alojamiento a estudiantes a cambio de compañía. Finalmente, los programas de teleasistencia les permiten solicitar ayuda con solo apretar un botón en situaciones de emergencia.
Personas con algún tipo de discapacidad o enfermedad:
Cubren aspectos como el tratamiento de la inmovilidad, mantener la higiene personal, asegurar una correcta alimentación y proporcionar otros servicios sanitarios específicos. Son servicios de asistencia domiciliaria, aunque también hay programas de asistencia a centros de día o como último recurso el ingreso en centros o residencias para mayores o discapacitados, centros que hoy día están perfectamente equipados tanto en el aspecto material como en el que más va a agradecer la persona, en la atención por parte del personal del mismo.
Los hospitales cuentan en la actualidad con trabajadores sociales que trabajan en estrecha relación con los servicios de geriatría con el fin de proporcionar la información necesaria acerca de los servicios sociales disponibles y que pueden ser útiles a cada persona en función de los resultados de la evaluación geriátrica integral.
Asimismo, le informarán e incluso le ayudarán a realizar los trámites necesarios para solicitar esos servicios. En el caso de personas con dependencia, son las Comunidades Autónomas las encargadas de valorar el grado de dependencia y determinar si se puede optar o no a los servicios sociales y ayudas públicas, atendiendo a lo contemplado en la Ley de Dependencia.
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